El presidente de River Plate, Daniel Passarella, está al borde del abismo. El dirigente optó por la reclusión y el silencio, tras dejar en claro, en el caótico domingo en el que su club descendió a la Segunda División, que no renunciará a su cargo.
Pero Buenos Aires amaneció ayer empapelada con carteles pidiendo su alejamiento y comparando su gestión con la cuestionada administración de River de José María Aguilar, que sumió al club en deudas y abrió el ciclo que terminó con la pérdida “millonaria” de la máxima categoría.
Passarella no supo sacar a la institución adelante ni se animó a llevar a cabo la auditoría financiera de gestiones anteriores. Días antes de la catástrofe, intentó dar un golpe de timón y volvió a calzarse la campera de entrenador en un doble comando cuestionado, pero no fue suficiente. Su nombre quedará así en la historia como el presidente que llevó a River Plate a su primer descenso en 110 años de historia.
Este duro revés dañó profundamente la idolatría que sentía por él la hinchada de River, que vio a quien en 1978 levantó la primera Copa del Mundo argentina sumido ahora en la crisis más profunda.
Passarella llegó en diciembre de 2009 a la presidencia de River por una ventaja de apenas seis votos. Propuso cambiar la historia de una administración bajo sospecha con el mismo estricto estilo que tuvo para dirigir a sus jugadores. Pero no lo logró, tomó decisiones erradas, no reforzó un plantel futbolísticamente pobre y terminó en el infierno, el descenso.
Su futuro es incierto. Su mandato vence en 2013, y para forzar su renuncia, debe dimitir gran parte de la comisión directiva. Varios de sus jugadores se irían del club, con sus cotizaciones por el piso; las finanzas pasarán del rojo al incendio con los millones menos que recibirá por jugar en la B y restará saber aún si River se adaptará a jugar en una Segunda División difícil, muy competitiva y con códigos distintos a la primera.
La otra mirada
SILENCIO
El presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, evitó hablar de los “culpables” por el descenso del River Plate a la Segunda División, para no “meterse en líos”, y sostuvo que el club más laureado de la Liga local puede recuperar la categoría si hace “las cosas bien”.
DETENIDOS
Una docena de hinchas del River Plate, todos con antecedentes penales, permanecían ayer detenidos por los violentos disturbios que se desataron el domingo. Los fanáticos serán indagados en las próximas horas por el juez en lo correccional de Buenos Aires Wálter Candela.
Las frases
"No se puede mirar para atrás. Los responsables ya se sabe quiénes son. Hay que reformular el club. Como dijo mi viejo, esto no es para cagones. River es muy grande y los verdaderos hombres lo van a sacar adelante”.
Omar Labruna / Exjugador de River Plate
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