Aunque en la mayoría de los partidos de primera división del fútbol argentino no se permite el ingreso de hinchas visitante, para este encuentro Estudiantes le cedió 6.000 localidades a River.
Los problemas comenzaron pocos minutos antes del encuentro, cuando varios grupos de hinchas intentaron entrar en el estadio sin tickets o con entradas falsas, lo que provocó los primeros cruces con la policía.
A la hora del encuentro, se decidió cerrar las puertas del estadio por entenderse que estaba colmada la capacidad de la tribuna visitante, ante la protesta de varios hinchas de River que no pudieron ingresar, aun con la entrada correcta en la mano.
Los incidentes continuaron con choques violentos que la policía reprimió con gases lacrimógenos y balas de goma, mientras los hinchas de River que estaban dentro del estadio cantaban contra el presidente argentino Mauricio Macri.
Los incidentes se produjeron apenas un día después de que Macri aseguró que la finalísima de la Copa Libertadores entre Boca y River podía realizarse con la presencia de hinchas visitantes, algo que fue cuestionado por los presidentes de ambos clubes, Daniel Angelici y Rodolfo D'Onofrio, que prefieren disputar ambas finales solo con fanáticos locales en las tribunas.
El titular de la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte, anunció en declaraciones radiales que se registraron 50 detenidos por los incidentes, la gran mayoría por intentar entrar a la cancha sin entradas o con localidades de otros encuentros anteriores.
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