viernes, 30 de noviembre de 2018

Malestar y resignación en Argentina por la mudanza de la final

La designación del estadio Santiago Bernabeú de Madrid como sede para la final de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y River Plate generó malestar y resignación en Argentina.

La determinación del presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, de mudar la segunda final del máximo torneo americano a la capital española generó controversias y diversas reacciones en Argentina.

En primer lugar River Plate presentó anoche su apelación a la sanción de la Unidad Disciplinaria de Conmebol, que le aplicó una multa económica de 400 mil dólares, dos partidos oficiales sin público en 2019 y el cambio de sede para el encuentro de vuelta de la vigente final.

Amaños de partidos al descubierto

Luego de los incidentes en el estadio Monumental del último sábado con el autobús que trasladaba a la delegación de Boca Juniors y la suspensión del encuentro, River responsabiliza a la seguridad de la Ciudad de Buenos Aires y solicita que se reprograme el partido en el mismo escenario.

Asimismo, Boca Juniors también apeló a la Unidad Disciplinaria que no dio a lugar a su petición de descalificación a River y argumenta que esta segunda final no debe disputarse.

Por ese motivo, el club xeneize también notificó un comunicado donde avisa que se presentará ante el Tribunal de Apelaciones de Conmebol, y eventualmente luego al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

Asimismo, los medios argentinos expresaron su malestar y designación por este cambio de sede a una ciudad que está fuera de la jurisdicción de Conmebol, cuyo territorio comprende los diez países de Sudamérica.

"No nos sacaron la final de la Copa, la regalamos (y con moño)" señala una editorial del diario La Nación que argumenta que se llegó a este punto "por incapacidad organizativa, por no combatir a los barras como es debido, por querer sacar ventaja de todo y a cualquier precio", sentencia.



Por su parte Olé sentenció: "Llegamos a este punto por incapacidades organizativas propias y el River-Boca en Madrid es la ratificación de una situación anómala".

Clarín también se hizo eco de esta mudanza a la capital española al enfatizar: "El 9 de diciembre, a diez mil kilómetros de Buenos Aires, la pelota rodará en el Santiago Bernabeu con dos actores conocidos pero inesperados".

Asimismo, todavía queda por resolver qué sucederá con aquellos simpatizantes de River Plate que compraron la entrada para la segunda final en el estadio Monumental.

¿Cómo y cuándo se les reintegrará el dinero y si tendrán prioridad para adquirir una entrada para el encuentro en Madrid? son algunas de las preguntas que genera esta mudanza de continente para la definición del torneo de clubes más importante de América.

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