Boca Juniors empató ayer 2-2 con Palmeiras en San Pablo y jugará su undécima final de la Copa Libertadores ante su máximo rival, River Plate, en la que será una edición inédita del Superclásico argentino en busca del nuevo "rey de América".
El conjunto xeneize llegaba con la tranquilidad de la victoria por 2-0 que consiguió en la Bombonera y certificó su clasificación con un empate en territorio brasileño en el que volvió a ser fundamental Darío Benedetto.
Ramón "Wanchope" Ábila adelantó los argentinos en el minuto 17 en un error de concentración de la defensa de Palmeiras. La clasificación parecía asegurada, pero los brasileños despertaron en la segunda mitad y remontaron el marcador.
Luan devolvió las tablas al marcador en el 52 y el paraguayo Gustavo Gómez anotó desde el punto de penal en el 60.
El equipo verde vio además cómo el VAR le anulaba un gol al inicio del partido por posición ilegal de Deyverson.
Pero Benedetto, que ya marcó los dos goles en "La Bombonera", salió desde el banquillo para enterrar el sueño de los paulistas en el 69.
Boca Juniors buscará ahora su séptimo título de Libertadores y River, el cuarto, en un Superclásico argentino inédito en una final del torneo continental.
El título lo definirán ahora Boca Juniors y River Plate, que eliminó a Gremio, campeón de 2017, de remontada en el Arena de Porto Alegre.En 2004 los dos clubes se enfrentaron en unas semifinales marcadas por polémica celebración de Carlos Tévez imitando a una gallina, como apodan los aficionados del Boca a su máximo rival. La decisión se fue entonces a los penales y el conjunto xeneize se clasificó.
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