Las calles del barrio porteño de La Boca, principalmente las aledañas a la Bombonera, ya vibran a la espera de la final de la Copa Libertadores entre el Xeneize y River Plate, que se verán las caras en ese estadio en el partido de ida el sábado 10 de noviembre.
Alrededor del estadio Alberto J. Armando, conocido como la Bombonera, siempre suele haber extranjeros e hinchas paseando y tomándose fotografías.
Ayer, un día después de que Boca Juniors se clasificara para la final de la Libertadores, los simpatizantes del Xeneize tenían el pecho inflado de orgullo y la ansiedad a flor de piel.
“Es el clásico más importante del Boca-River, pero ojalá que se viva con tranquilidad, con paz en todo el país, porque no siempre se va a dar una final de estas. Espero que ganemos la séptima”, dijo a Efe Nicolás Franco, de 20 años.
El partido de ida se jugará en la Bombonera el 10 de noviembre y el de vuelta el 24.
Sin embargo, la Conmebol todavía analiza un pedido del Gremio, eliminado por River Plate en semifinales, que exige que le den el partido por ganado porque el entrenador rival, Marcelo Gallardo, dio indicaciones en el entretiempo y desde las gradas en el partido de vuelta disputado este martes pese a estar suspendido.
“Ya me mentalicé de que es River. Para ganar la Copa tenés que ganarle al que te toque. Que venga River, yo elijo a River”, sostuvo Franco.
El joven le había prometido a su amigo Tomás Balceiro, de 19 años, que si Boca se clasificaba para la final lo iba a llevar a conocer la Bombonera.
“Él quería venir por primera vez y le cumplí el sueño, ya traje a un montón de personas acá para conocer por primera vez. Vinimos porque era una promesa que habíamos hecho por si Boca pasaba y bueno, hay que cumplir”, explicó Franco, quien vive en Morón, en la provincia de Buenos Aires.
Balceiro sostuvo que será un partido “inolvidable” que va a “revolucionar” por completo a Argentina, que se va a “dividir en dos”.
Con él coincide Priscila Trías, de 21 años: “Obviamente, como siempre los hinchas van a dar que hablar, pero yo siempre deseo que sea un partido tranquilo, en familia, que la hinchada obviamente nunca deje de alentar, pero más que nada que sea un partido tranquilo, que se pueda vivir”.
Trías, al igual que la mayoría de los hinchas, está feliz de jugar la final ante River Plate y no le gustaría hacerlo ante Gremio.
Otro simpatizante que cuenta las horas para el primer partido es Juan Domingo Toledo, de 48 años, quien hoy fue al club para retirar su carné de socio.
“Siento una emoción terrible. Mi sangre es azul y oro, con eso te digo todo. Contra River es una emoción doble, porque venimos perdiendo un par de finales contra ellos y bueno, este sería el momento justo para dar el batacazo. Poder ganar en nuestra casa y coronarlo en la casa de ellos sería espectacular”, aseguró.
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