Ya no le cabían los calificativos poco amables a Agustín Rossi, arquero titular de Boca Juniors, por sus pasadas actuaciones en el arco bostero.
Aunque el mellizo Barros Schelotto no le quitó nunca su sitio en el once tuvo la necesidad de contratar a otro portero. Allí fue cuando el boliviano Carlos Lampe se sumó al equipo.
Y Rossi respondió ayer como nunca antes. Se puso la capa de “héroe” en el duelo ante River Plate y salió con la frente en alto. Tomó un protagonismo inédito. Salvó al equipo en varias ocasiones en el cotejo.
Las críticas y la reprobación anticipada de la afición quedaron atrás. Ataje o no en la vuelta, que será el sábado 24, el Pulpo se quitó el peso de su humanidad.
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