Nada resolvió La Bombonera en el encuentro más emocionalmente crucial que jamás acogió el estadio del barrio de La Boca.
Todo queda como comenzó, ni siquiera cobra River la ventaja de marcar dos goles en campo contrario, pues la regla del valor doble de los tantos a domicilio no rige en esta final. Fue un 2-2 romo en fútbol pero puro de pasión. Cada gol fue como una puñalada, como si fuera el último. Con los de Boca, La Bombonera temblaba y su tribuna vertical parecía vencerse para buscar el abrazo con Wanchope Ábila primero, con Darío Benedetto después. Para consolar a Carlos Izquierdoz, que le regaló el segundo a River, y para aclamar a Carlos Tévez por su fe.
Pero, sobre todo, para levantar en hombros a Agustín Rossi, el portero al que tanto criticaron, titular ahora por la lesión de Esteban Andrada. Resultó capital el guardameta para que River no lograra la afrenta de dejar la final encarrilada en el templo de Boca. Se la pasó a Gonzalo “Pity” Martínez, también a un negado Rafael Santos Borré. Hasta pareció soplar para que el cabezazo de Martínez Quadra se alejara de sus dominios. Mandaba River en el campo, aprovechando el efecto sorpresa que Marcelo Gallardo planeó al variar a una defensa de cinco hombres. Se ahogaba Boca, más todavía al ver jurar a Cristian Pavón, quizá su mejor hombre, lesionado a los 27 minutos. Esto no puede estar pasando, se susurraban los aficionados xeneizes.
Pero éste no era un partido normal y enseguida lo demostró Ábila, que se topó con Armani en la primera que tuvo Boca pero recogió el rechace para, ahora sí, meter el gol por el espacio más insospechado. Y antes casi de que pudieran siquiera celebrarlo, River dejó solo a Pratto ante Rossi tras el saque de centro y empató el “Oso” partido. Qué locura, qué maravillosa locura se estaba viviendo. Nadie entendía nada, ni falta que hacía. Un partido así no se mide con estadísticas, sino con electrocardiógrafo.
Así fue hasta que el aparato reventó cuando en el descuento de la primera parte Benedetto logró el segundo de Boca, demostrando que no hace falta mirar a portería para marcar de cabeza. Que de espaldas también vale.
La redención de Armani
Había sido una primera parte frenética, imposible de repetir. A Boca, paradójicamente, le vino bien la lesión de Cristian Pavón, pues con Darío Benedetto y Wanchope Ábila ahora como pareja atacante llenó de dudas a River, las mismas que habían acompañado hasta entonces a los de Barros Schelotto. A Marcelo Gallardo, al final, no le quedó más remedio que arriesgar y volver a los cuatro defensas, el esquema que le llevó hasta la final.
A la hora de partido, River al fin logró empatar de nuevo el partido. Izquierdoz, tratando de evitar el remate de cabeza de Pratto, le dio al balón la única dirección que tenía prohibida. Nada pudo hacer Rossi, imperial pese a los dos goles recibidos.
No tanto Armani, inseguro en el primer gol aunque redimido en el tramo final, al que Boca llegó mucho más entero. Intervino de forma crucial en el descuento para negarle a Benedetto el gol de su vida. Tras tanto sufrimiento, tantas emociones descargadas, el partido que tuvo que ser aplazado quedó en combate nulo.
Si el empate se repitiera en el estadio Monumental, dentro de dos semanas, todo se resolvería en la prórroga.
Y en última instancia, en los penaltis. ¿Se imaginan una final de Copa Libertadores de América Boca-River resuelta a los penales? Los cardiólogos argentinos ya tiemblan. No quedaría un corazón vivo en Buenos Aires.
DELEGACIÓN DE RIVER, MOLESTA CON INSPECCIÓN DE CONMEBOL
La delegación de River Plate expresó ayer su malestar a la inspección por sorpresa que pidió la Conmebol a las policías Federal y Metropolitana en el vestuario que ocupó el equipo Millonario en La Bombonera.
“No pude tener contacto con Gallardo aún porque había inhibidores de señal y vino ‘el FBI’ para que no tuviéramos contacto con él”, dijo con ironía el ayudante del entrenador Marcelo Gallardo tras el partido de ida de la final de la Copa Libertadores jugado hoy.
Tras la sanción a Gallardo determinada por el Tribunal de Disciplina de la Conmebol, las inspecciones y revisiones de los baúles con la equipación que trasladó la comitiva de River buscaban constatar que no había ningún tipo de intercomunicadores para facilitar el contacto entre el entrenador, que no tenía autorización para entrar en el estadio, y su ayudante.
Gallardo permaneció hoy en el Monumental y luego del empate festejó en el balcón del estadio.
OPINIONES
"El empate fue justo. El que aproveche mejor los momentos se llevará la Copa. Esperamos estar a la altura en el próximo partido". Ramón “Wanchope” Ávila. Delantero de Boca
"Creo que hicimos un excelente partido. Nos equivocamos en algunas pelotas y nos costó caro. Es un resultado justo, hicimos un gran partido los dos equipos. Esto se define ahora en el encuentro que viene en la cancha de River". Darío Benedetto. Delantero de Boca Juniors
"Hicimos buen partido en lo grupal en el primer tiempo, en el segundo ya se emparejó. La final en el Monumental será a matar o morir". Lucas Pratto. Delantero de River Plate
"La sensación es positiva porque el equipo no se quedó y fue a buscar el empate ante un rival duro. No nos vamos disconformes con el empate". Jonatan Maidana. Defensor de River Plate
BARROS SCHELOTTO: “EL PARTIDO SE NOS ESCAPÓ DE LAS MANOS”
AFP
El entrenador de Boca Juniors, Guillermo Barros Schelotto, aseguró ayer que su equipo tuvo el partido “en sus manos” ante River Plate porque estuvo dos veces en ventaja, pero que se les “escapó” y por eso finalizó 2-2.
“Más allá de no haber ganado hoy (por ayer) en nuestra cancha, creo que la calidad de los futbolistas que tienen tanto Boca como River hace que el resultado siga abierto. Ninguno inclinó en el resultado la balanza a favor de uno, seguimos igual”, dijo.
Señaló que Boca Juniors “estuvo a la altura” e hizo “muy bien las cosas” en el partido de ida de la final de la Copa Libertadores.
“Me deja contento que lo fuimos a buscar. Tuvimos el partido en nuestras manos y se nos escapó dos veces”, precisó.
“El que viene va a ser igual. Los dos equipos tienen jugadores que pueden desequilibrar, llegar al gol, generar la jugada de gol”, dijo.
BISCAY: “EL PRIMER TIEMPO TUVIMOS SUPERIORIDAD”
AFP
El responsable técnico de River Plate, Matías Biscay, en reemplazo del sancionado Marcelo Gallardo, remarcó que el conjunto Millonario fue superior a Boca en el primer tiempo del partido que terminó en un empate 2-2 en la primera final de la Libertadores, ayer.
“Lo principal fue el funcionamiento del primer tiempo, tuvimos superioridad y fuimos dominadores del juego en la cancha de Boca, creamos situaciones de gol”, dijo en conferencia de prensa tras el partido.
Biscay consideró que River mereció irse en ventaja al descanso, cuando Boca le ganaba 2-1.
“Fue injusto, River mereció irse en ventaja en el primer tiempo y Boca emparejó en el segundo tiempo”, resumió.
Biscay también consideró injusta la sanción al DT al referir que se sintió “incómodo” en su papel de reemplazante del DT.
“El técnico es él”, dijo sobre Gallardo.
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