viernes, 11 de marzo de 2016
Boca vuelve a ‘robar’ un empate
Por segunda vez en la historia de la Libertadores —después de cinco encuentros— Bolívar y Boca Juniors igualaron un cotejo en La Paz. En los otros tres, la Academia se impuso en dos y el club bonaerense ganó el restante, en 1970. El primer empate se produjo en 2007, hace más de nueve años, entonces, por el Grupo 7 de la segunda fase, e igualaron sin goles en el estadio Hernando Siles.
Compartieron la llave con el Toluca mexicano, que terminó en primer lugar (12 puntos), y el Cienciano del Perú (tercero con nueve). El xeneize, que fue campeón de ese torneo, fue segundo (10 unidades), y la Academia acabó en el último lugar con cuatro.
Dirigía a Bolívar Víctor Hugo Antelo; mientras que era técnico de Boca, Miguel Ángel Ruso. En la visita jugaron ese lance el defensor Daniel Díaz, quien anoche se retiró lesionado en el minuto 17 del primer tiempo, y también Guillermo Barros Schelotto, el actual técnico, quien ingresó a los 15 minutos de la segunda parte en reemplazo de Rodrigo Palacio.
Anoche volvieron a empatar y para Bolívar tuvo un sabor amargo, pues dejó escapar dos puntos en condición local que lo dejan al borde del abismo, no obstante de que le quedan tres partidos por delante.
El fixture, sin embargo, no lo favorece mucho, pues debe disputar dos encuentros fuera de La Paz: el jueves 7 de abril con Boca en Buenos Aires y una semana después, día 14, con el Deportivo Cali en Colombia. Finalizará la fase de grupos con Racing en el Siles (miércoles 20 de abril).
Boca, en cambio, obtuvo su tercer empate consecutivo (el segundo como visitante). El gol de Federico Carrizo, a los 49 minutos de la segunda parte, significó el primero que consiguió el cuadro xeneize en la actual edición de la Libertadores.
En la última jugada del partido, Carrizo se convirtió en el héroe del actual campeón argentino al clavar la pelota, desde unos 30 metros, en el arco de Romel Quiñónez. El goleador, al final del cotejo, contó que se tuvo mucha confianza y por eso le pidió la pelota a Carlos Tévez, quien inicialmente era el encargado de cobrar la falta. El “10” boquense dijo que lo vio muy seguro y por eso le dejó patear.
Carrizo manifestó que por suerte en el final “apareció el hueco”, después de varios intentos. “Siempre nos tapaban los tiros”. El gol “fue un premio al esfuerzo, porque en el primer tiempo no estuvimos muy precisos, pero en el segundo nos ordenamos un poco y al final encontramos el empate”.
El orden, según Carrizo, fue una de las fortalezas de Boca y también el haberse adueñado del balón, “porque entendimos que acá tenemos que tenerlo, porque sino el rival empieza a tocar y con el tema de la altura las piernas te pesan”.
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