viernes, 21 de noviembre de 2014

BOCA Y RIVER EMPATARON A CERO ANOCHE EN LA BOMBONERA GANÓ EL MIEDO...

La semifinal de la Copa Sudamericana se definirá el jueves próximo en el estadio de los millonarios. Ayer, pudo más el temor a perder que la intención de triunfar.

Cero a cero terminó el clásico más esperado del fútbol sudcontinental. Pudo más el miedo a perder que la decisión de ganar.

Boca Juniors y River Plate empataron sin apertura del marcador en la primera semifinal de la Copa Sudamericana y la llave queda abierta de cara al encuentro de revancha que se cumplirá el jueves 27 en el estadio de los "millonarios", que llevan cierta ventaja sobre su tradicional adversario.

Unos y otros expusieron más fuerza y menos claridad.

De pronto, los riverplatenses abusaron en alguna medida del juego fuerte, una característica de sus adversarios, mientras que los boquenses volvieron a dar una demostración de la que ha sido su principal característica desde que Rodolfo Arruabarrena asumió el mando del plantel: la irregularidad, pues en el mismo partido fueron capaces de generar más peligro para dejarse estar y permitir que su rival crezca y, por momentos, domine las acciones.

Los visitantes dejaron de lado el juego atildado y vistoso, del que han hecho gala desde que Marcelo Daniel Gallardo tomó las riendas del plantel.

No fue un partido sencillo para ninguno. Ambos debieron ponerse el puñal entre los dientes para luchar.

Por ello, a lo largo de extensos pasajes del encuentro, hubo poca claridad y primó la lucha, mientras que en otros, las defensas se dieron modos para evitar que las intenciones de los adversarios se conviertan en goles.

Por ello, el encuentro no tuvo brillo. De hechos, pocos clásicos lo tienen por lo que está en juego en un compromiso de esta naturaleza, pero esa característica se agudizó anoche.

Tal vez, Boca Juniors, por ser dueño de casa, estaba obligado a hacer algo más en procura de ganar y los albirrojos debían resistir.

Las cosas se plantearon de esa manera y quedó claro que ni el 4-3-3, propuesto por Arruabarrena, ni el 4-3-1-2, desplegado por Gallardo, alcanzaron el objetivo que se habían trazado, aunque por su condición de visitante, River Plate tiene un motivo para sentirse ligeramente más satisfecho por el empate.

Es que los de Núñez suelen hacerse invulnerables en el estadio Vespucio Liberti, donde contarán con el apoyo de cuando menos 50 mil enfervorizados hinchas los apoyarán de principio a fin, pues en Argentina, las hinchadas visitantes no pueden ingresar a los estadios, debido a los elevados niveles de violencia.

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