domingo, 5 de octubre de 2014

El clásico River-Boca, historia de una pasión

Guillermo Francella, en su magnífica caracterización como Pablo Sandoval, decía en la maravillosa El secreto de sus ojos: "El hombre puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia... De novia, de religión, de Dios... Pero hay una cosa que no puede cambiar, no puede cambiar de equipo".

En esa secuencia de la oscarizada película de Juan José Campanella, la trama del film apuntaba al sospechoso de asesinato como incondicional de la academia, de Racing. Sirva perfectamente como ejemplo de lo que significa un superclásico entre River-Boca. Pasión por encima de todo.

La que transmitieron en diferentes épocas los Labruna, Varallo, Pedernera, Rattín, Moreno, Valentim, Beto Alonso, Gatti, Fillol, Maradona, Francescoli, Márcico, Ramón Díaz, Palermo, Ortega, Riquelme... No se me moleste nadie, sabemos que no están todos los que son.

El primer superclásico oficial de la historia se disputó el domingo 24 de agosto de 1913, curiosamente en cancha de Racing. Se saldó con triunfo millonario por 2-1, a pesar de que las crónicas hablan de superioridad xeneize.

Antes, ambos equipos ya se habían enfrentado en choques amistosos, fomentándose algo más que una rivalidad prolongada hasta nuestros días. De hecho, en ese primer partido oficial, cuentan que no faltó una tangana resuelta a puñetazos antes del final del mismo, con varios jugadores de ambos equipos contusionados.

Han pasado 101 años desde entonces y los fríos números dicen que Boca ha sido mejor que River en el balance general: 345 ediciones del superclásico con 128 triunfos xeneizes, 111 millonarios y 106 empates, aunque en el profesionalismo los duelos se reducen a 195, con 70 victorias auriazules y 63 de la banda roja.

Ángel Labruna lidera las estadísticas goleadoras de los superclásicos con 16 tantos para River, por los 10 del brasileño Paulo Valentim en Boca. Reinaldo Merlo y Hugo Gatti, respectivamente, son los que más partidos han jugado en uno y otro bando.

Pulsetas y anécdotas que son eternas

En la história del Boca-River hay hechos memorables para dar y tomar en sus casi 400 choques.

Uno de los encuentros más recordados data de octubre de 1972. Se disputaba en terreno neutral, en cancha de Vélez. A los 9 minutos River ganaba 2-0. Boca falló un penalti a continuación, pero antes del descanso dio la vuelta al choque con tres goles, a los que siguió un cuarto nada más iniciarse la segunda mitad. River no se rindió pese al 4-2 en contra y aparecieron dos hombres que posteriormente jugarían en España, Óscar Pinino Más (Real Madrid) y Carlos El Puma Morete (Las Palmas y Sevilla), que colocan el 4-5 definitivo para el millonario con uno y dos goles. El segundo en la cuenta personal de Morete, justo en el último suspiro del partido.

El 23 de diciembre de 1928, Boca infligió un set en blanco a River (6-0) en lo que es la mayor goleada de los superclásicos. En descargo de los perdedores cabe decir que terminaron el partido con 8 jugadores (no había sustituciones) al lesionarse tres de ellos.

El 30 de julio de 1949. River y Boca se midieron en el Monumental. Amadeo Carrizo, mito de la portería millonaria (con permiso de Ubaldo Matildo Fillol), cayó fulminado tras un golpe en el estómago. River se quedó sin guardameta y Di Stéfano se colocó bajo palos durante seis interminables minutos hasta que Carrizo se recuperó. El partido lo ganó River por 1-0, con gol de Labruna.

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