De la mano de un inspiradísimo y letal Fernando Cavenaghi, River Plate concretó este miércoles su mejor partido en mucho tiempo, goleó a un inexpresivo Atlanta por 7-1 y de ese modo recuperó el primer lugar de la tabla de posiciones del campeonato de la Primera B Nacional.
Cavenaghi no sólo consiguió tres de los siete tantos, sino que estuvo presente a través de varias asistencias en los conseguidos por Lucas Ocampo, Martín Aguirre, Fabián Bordagaray y Andrés Ríos.
El equipo conducido por Matías Almeyda aprovechó los innumerables errores que cometió Atlanta en todas sus líneas a lo largo del encuentro para construir una espectacular victoria, que sirve para recuperar la imagen y ganar confianza.
Atlanta fue una sombra, un equipo que desde el primer minuto de juego dejó en evidencia una fragilidad que no podía terminar de otra manera que con una goleada en contra.
Desde los primeros instantes del partido River se plantó en campo adversario, apretó en el medio a los jugadores de Atlanta y atacó sin cesar, y algo de claridad, a un equipo endeble.
El trabajo de River se vio beneficiado además por la impericia que mostró Atlanta a la hora de manejar el balón. Los jugadores de la visita perdían rápidamente la pelota, lo cual no sólo les impedía llegar al arco de Leandro Chichizola, sino también que el equipo de Matías Almeyda lo desbordara.
El elenco de Núñez se puso rápidamente en ventaja (antes tuvo dos chances), a los 13 minutos, cuando el uruguayo Carlos Sánchez desbordó por derecha, habilitó a Cavenaghi, el arquero Rodrigo Llinás alcanzó a desviar el intento, pero Aguirre, de arremetida, envió la pelota al fondo de la red.
Para River fue fundamental la tarea de Ezequiel Cirigliano, sumado a los cortes en defensa de Alexis Ferrero, pero sin ninguna duda, le sumó un valor agregado el aporte de Cavenaghi.
En los pies del delantero llegó el segundo a los 19 minutos. Nicolás Cherro cometió un grosero error en la salida, lo complicó a Segovia, Aguirre robó, Llinás se equivocó y la pelota le cayó a Cavenaghi, quien puso el 2-0.
Atlanta estaba para el cachetazo, porque se fallaba en todas las facetas del juego, y River se lo iba a hacer pegar.
El tercer gol estaba al caer, lo tuvo dos veces Andrés Ríos pero Llinás le ganó sendos mano a mano, hasta que a los 44 llegó el tanto.
Cavenaghi le puso un pase a Lucas Ocampo, el juvenil hizo una diagonal de izquierda hacia el centro y definió con un remate al primer palo.
El segundo tiempo fue un calco, porque River dominó el trámite a su antojo y Atlanta continuó con un concierto de errores en todas sus líneas.
Por eso no extrañó que los goles siguieran llegando. A los 11 minutos, Cavenaghi puso el 4-0, luego de recibir un pase de Ocampo, y dos minutos después concretó hat-trick, con un sombrero sobre la salida de Llinás.
Lo que siguió a partir de entonces fue un sinsentido, porque River no tuvo piedad de su rival, ya que necesitaba una actuación así para recuperar la confianza y darle una satisfacción a sus hinchas, los cuales volvieron a decir presente en la cancha de San Lorenzo de Almagro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario