Boca Juniors y River Plate jugarán hoy en el norte de Argentina un amistoso de verano cargado de tensión y morbo por las circunstancias que rodean a ambos equipos, que por primera vez en la historia se enfrentarán estando en categorías diferentes.
El encuentro se jugará en la ciudad de Resistencia, capital de la provincia de Chaco (21.30, hora boliviana), cuyas autoridades han programado un espectacular operativo de seguridad para prevenir incidentes entre las hinchadas, las más numerosas del país.
Fue Matías Almeyda, entrenador del River, quien levantó su voz hace unos meses al indicar que este “superclásico”, aunque amistoso, no debería disputarse por cuestiones de seguridad.
Varios dirigentes de River Plate, club que acaba de terminar el peor año de su historia con su inédito descenso a la Segunda División, se plegaron al pensamiento del técnico, al contrario de los de Boca, cuyo presidente, Daniel Angelici, pidió “quitar dramatismo” al partido.
Tanto Almeyda como el técnico de Boca, Julio César Falcioni, pondrán a sus mejores hombres en este partido preparatorio, aunque el entrenador del último campeón de la Primera División del fútbol argentino tendrá muchas bajas, como las del defensa Clemente Rodríguez, los volantes Diego Rivero, Wálter Erviti y Juan Román Riquelme, y el delantero Darío Cvitanich.
En River, escolta de Instituto de Córdoba en el torneo de la Segunda, que concluirá en junio, Almeyda no confirmó si estarán desde el minuto inicial el volante Leo Ponzio y el delantero francés David Trezeguet, sus nuevos refuerzos.
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