Tenencia de pelota dividida, muchos ataques que terminaron en disparos desde lejos que no fueron al arco y demasiada fricción en la zona central del campo de juego: así podría resumirse el primer tiempo entre Boca y Racing, en la Bombonera.
La situación más clara estuvo en la cabeza de Carlos Izquierdoz, quien apareció solo por el segundo palo y conectó un buen cabezazo tras un gran centro de Aaron Molinas. Sin embargo, Gabriel Arias se abrió de piernas y, cual arquero de handball, realizó un tapadón para dejar con vida a su equipo cuando el reloj marcaba 42’.
La “academia” tampoco desentonó, pero careció de poder ofensivo para aprovechar algunos contragolpes que gestó en ciertos momentos. Con Maximiliano Lovera como principal figura, los de Avellaneda dejaron expuestas algunas falencias de Luis Advíncua en defensa, pero no tuvieron la conexión necesaria para lastimar al Xeneize.
El inicio de la segunda mitad también estuvo lleno de imprecisiones y además contó con la lesión del peruano Advíncula, quien sufrió una molestia muscular y debió pedir el cambio: Marcelo Weigandt ocupó su lugar. Minutos después, Sebastián Battaglia movió el banco para darle otro aire a su equipo: Norberto Briasco y Diego González a la cancha, en lugar de Cristian Pavón y Agustín Almendra.
Los de la Ribera tuvieron las más claras y merecieron llevarse algo más, pero no encontraron la manera de batir al número uno de Racing: Arias. Desde que asumió Sebastián Battaglia, el equipo mostró otra intención de juego y, por ahora, no conoce la derrota. Punto que suma pensando a futuro.
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