viernes, 8 de noviembre de 2013

LA MALA HORA DE RIVER PLATE

Sin posibilidades en el torneo local y eliminado de la Copa Sudamericana, otra vez el fracaso acecha a la gestión presidencial de Daniel Passarella.

En la hoguera de las vanidades de River Plate se queman los egos, inclusive los más fuertes, los de Daniel Passarella y de Ramón Díaz, a quienes se puede calificar de soberbios en extremo. Passarella pasó a la historia como el caudillo de la defensa, un jugador de gran carácter y personalidad, que después de retirarse del fútbol activo, asumió la dirección técnica y volvió a saborear las mieles del éxito y cuando decidió que debía ser presidente de la institución, el fracaso más rotundo fue el corolario de su gestión.

Passarella no pudo evitar el descenso nada menos que del equipo de la franja roja. No fue capaz de encontrar los elementos necesarios para revertir la delicada situación que recibió y debió enfrentar el duro trance de retornar a Primera división, objetivo que alcanzó tras un duro peregrinar por el Nacional B.

Superado el mal paso, debió tragarse gran parte de su orgullo para convocar a un hombre, a quien siempre miró de reojo, porque fue tan exitoso como él con la banda roja en el pecho: Ramón Ángel Díaz. Pero ni siquiera “El Pelado”, como se conoce al actual entrenador riverplatense, pudo enderezar el rumbo torcido de un equipo que añora triunfos y que no los consigue en el presente. Un subcampeonato en el anterior torneo es el flaco resultado de un balance deficitario.

En esta temporada, River Plate fue eliminado de la Copa Argentina a manos de un equipo de tercera categoría: Estudiantes de Caseros; en el torneo de Primera división pena en la decimocuarta posición con 16 puntos, muy lejos del líder, Newell’s Old Boys, y el miércoles por la noche fue eliminado de la Copa Sudamericana ante Lanús. Era la última posibilidad de lograr un título durante el ciclo de Passarella.

Ahora, sólo le queda la posibilidad de que Newell’s Old Boys, Arsenal o Lanús salga campeón. Así ese ganador liberará un cupo a la primera fase de la próxima edición de la Copa Libertadores de América.

LAS ELECCIONES. Ante el desastroso presente, queda mirar al futuro. Las elecciones para renovar la composición del directorio riverplatense tendrán lugar el próximo domingo 15 de diciembre y la posesión de los ganadores se realizará un día después.

Passarella anticipó que no será candidato. Por ahora, hay cuatro precandidatos a la presidencia del club: Rodolfo D’Onofrio, que lidera el bloque “Un Presidente para River”; Antonio Caselli, de “Primero River”; Carlos Ávila, empresario paraguayo, exaccionista principal de Torneos y Competencias, y Daniel Kiper, de “Unidos por River”.

Pero, mientras se desarrollan los comicios, hay denuncias de que Passarella dejará un club quebrado, con enormes deudas y un plantel devaluado por sus malas campañas.

Mientras tanto, los hinchas –desde las tribunas– cantan a voz en cuello, “que se vayan todos, que no quede ninguno”.

Pero, a pesar de ello, el contrato ya firmado, pero no refrendado por el directorio del club, establece un altísimo sueldo para Ramón Díaz, y que no podrá ser despedido antes del 30 de junio de 2014. Si los nuevos dirigentes lo echaran antes, deberán abonarle el monto total del contrato, que se prolongará hasta 2016.

4 precandidatos se postulan, por ahora, a la Presidencia del club River Plate.

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