La cita será en el estadio Monumental, de Buenos Aires. Los dos velan sus armas.
River Plate y Boca Juniors se enfrentarán mañana. Es el duelo futbolístico más seguido en el continente y tendrá millones de televidentes en el mundo entero.
Por una disposición de seguridad, no pueden ingresar al estadio los hinchas de la visita. Se trata, de esta manera, de evitar hechos de violencia entre parcialidades contrarias, aunque la medida parece ser poco efectiva, pues continúa el vandalismo en el fútbol argentino.
El partido, que se jugará en el estadio Monumental, perteneciente a los riverplatenses, ha sido el escenario empleado por Daniel Passarella para lanzar su candidatura a la reelección en la Presidencia de la entidad, finalidad con la que hace dos días renovó el contrato del entrenador Ramón Ángel Díaz, el favorito de los hinchas del club.
Cosa curiosa. Passarella se distanció de Díaz, con quien compartió equipo en River Plate y al verse en la necesidad de tener un ganador al frente de su equipo, lo buscó para ofrecerle la dirección técnica del plantel y, ahora, lo usa como bandera para lograr la reelección en los comicios que se llevarán a cabo en diciembre.
Ni corto ni perezoso, Díaz echó leña al fuego: "Gana River. Si especulas no te sirve, vamos a buscar los tres puntos" y anunció que los jugadores recibirán un premio especial en caso de ganar el superclásico.
Entretanto, en la tienda boquense, el entrenador Carlos Bianchi optó por un bajo perfil y por no dar detalles sobre la probable formación de su equipo, mientras guardaba un prudente silencio en torno al desarrollo mismo del partido.
La intención del técnico es no caer en las provocaciones y burlas, que suele lanzar Díaz en público con fin de ridiculizar a sus adversarios.
El cotejo encuentra a ambos con la obligación de no ceder puntos, pues están en la parte media de la tabla, con aspiraciones de acercarse al líder de la competencia, Newell's.
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