La vida de Emmanuel Gigliotti está llena de sueños, objetivos, cambios y obligaciones. Un sinfín de historias y rumbos que se entrelazan y se sostienen en una personalidad particular. Ni mejor ni peor, distinta pero a partir de ayer comenzó una de esas etapas que lo marcarán como persona: es el nuevo nueve de Boca. .
Fútbol como obligación. "El Puma" nació el 20 de mayo de 1987, en la ciudad de Buenos Aires. Nunca fue un gran amante del fútbol, incluso empezó a jugar para contentar a su padre. "No me terminaba de enganchar con el fútbol. Creía que mi futuro no estaba en una cancha. Iba para que mi viejo no me molestara. Imagínate que me ponían de primer marcador central y yo me moría de aburrimiento. Porque convengamos que no soy un crack, pero creía que podía hacer otras cosas además de tirarla de punta para arriba", confesó el delantero.
Sin poder encontrar su lugar en la cancha, y "aburrido" con su papel de "picapiedra", Gigliotti decidió tomarse "un año medio sabático". Ahí fue cuando comenzó a trabajar el bar de la familia, ubicado en la esquina de Rivadavia y Artigas, y a estudiar la carrera de Despachante de Aduana. Pero el fútbol nunca lo dejó del todo, lo que convirtió sus días en una maratónica carrera.
Fútbol como obligación. Luego de tres años, Emmanuel debió dejar la carrera, aunque aún sostiene que le gustaría retomarla, y el barcito cerró sus puertas. Su prioridad ahora era, ya sin la intención de complacer a su viejo, el fútbol. "Después la pegué con el fútbol. En Lamadrid, le pedí que me pusieran de delantero, hice un par de goles contra la Primera, y el Pato Franzoni, que era el técnico, me subió, debuté y acá estoy", simplificó.
Su carrera como futbolista fue en un asombroso ascenso. De Lamadrid pasó a Argentinos Juniors, pero nunca llegó a jugar. Luego, llegaron la primera etapa en All Boys, el traslado a Atlético Tucumán y el salto a Novara, de Italia. Sin éxito en el exterior, volvió al Albo, donde se destacó y fue buscado por San Lorenzo. Allí, pasó por varios estadíos: flojo comienzo, colgado por Madelón, recuperado por Caruso Lombardi y, finalmente, goleador del equipo, que se salvó del descenso en la Promoción.
San Lorenzo no le renovó el préstamo y su destino lo llevó a Colón de Santa Fe. La delantera del Sabalero le quedó a la perfección. En 2012, el "Puma" marcó siete goles con los "Cuervos" y 10 goles con el conjunto santafecino, convirtiéndose en el goleador del año en Argentina.
"Ahora creo que me quedan 50 o 60 goles para alcanzar a Messi (que acababa de superar el récord de Müller)", desafío, en broma, luego del último partido ante Independiente, donde convirtió dos goles.
Bianchi lo llamó especialmente para su Boca modelo 2013/2014 y en la "Rivera" ya sueñan con un goleador que sabe de sacrificios y también de aprovechar oportunidades.
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