Las camisetas son tan contrapuestas, los colores tan distintos, que por lo general, salvo alguna cuestión de marketing durante los torneos de verano, los superclásicos oficiales siempre tienen otro detalle bien genuino y distintivo: Boca y River salen a jugar con sus camisetas tradicionales. Sin embargo, el domingo habrá una excepción histórica: el Xeneize pidió jugar con la casaca amarilla, la alternativa que estrenó en la victoria contra Estudiantes y la Liga ya se lo aprobó.
La presentación que hizo el club tuvo curso rápido, más allá de que el amarillo, por su claridad, bien podría generar alguna confusión de luces con el blanco. Pero la Liga aceptó el pedido de Boca y hasta cambiará el parche del partido, por una versión más oscura.
¿Por qué Boca pidió este cambio histórico? Salvo en torneo de veranos, donde el Xeneize jugó en algunas ocasiones con camisetas alternativas (incluso, algunas que la marca que lo vestía sacó para homenajear a casacas históricas), al menos en choques oficiales no hay registros inmediatos.
La decisión de pedir el cambio fue del Consejo de Riquelme y es imposible no asociar esta modificación al resultado logrado en La Plata, el 1-0 ante Estudiantes que revirtió el semblante futbolístico y anímico del equipo. Siempre, en estas situaciones, las cuestiones de cábalas tienen su peso. Lo concreto es que el domingo, en Núñez, Boca saldrá de amarillo. ¿Más que un cambio?
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